Después de unos años la juventud te asienta bien, o no lo hace. Aun no estoy segura de cual es el mi caso, quiero creer, que me asentó. solo asentó.
Llevar el peso de tus decisiones, tus elecciones, tus opciones y de los caminos que no elijes; lo que quiero ser, lo que no quiero ser; como me quiero ver a mi misma o como quiero que me vean. Todo eso es peso. Un peso que no se va a mis espaldas, es un peso que llevo guardado y acumulando en mi mente. Un punto imaginario tras mi cerebro pegado al cráneo. A veces lo cargo conscientemente como hoy, otros días es nublado y difuso.
Lo quiero soltar. Lo estoy tratando como una enfermedad solo que la medicación es volver mis pasos y no tener miedo de ver.